sábado, 20 de febrero de 2016

Cambios sociales y culturales durante 1910 a 1940

Cuando Zapata se une a Madero en la lucha contra Díaz, provoca grandes cambios, no sólo en el aspecto político o social sino en la cultura. En la música, el sonido de los valses porfirianos, la música folklórica y marchas patrióticas fue cambiado por los corridos revolucionarios. Inició también la novela de la Revolución, la primera fue: Los de Abajo de Mariano Azuela y  surge el modernismo en las artes. El grito era: ¡Fuera los caballetes! ¡Arriba la pintura mural que refleja una nueva nación que volteará su mirada hacia sus orígenes y la lucha de clases!
Músicos de 1911
El muralismo mexicano con sus principales exponentes: Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros, comienza a destacar dentro de la nueva nación resaltando sus raíces indígenas. La lucha de clases y la crítica al poder, en este último rubro, surge en Aguascalientes, José Guadalupe Posadas inundando con sus carteles todos los estratos sociales en los que hace gala de una fuerte crítica al poder; surge entonces la Catrina con su inmensa dualidad, vida-muerte.
Principales exponentes de la pintura
Muertos los principales protagonistas de la época (en orden): Madero, Porfirio Díaz, Emiliano Zapata, Venustiano Carranza y poco después Francisco Villa; el general sonorense Álvaro Obregón da inicio a una conciliación nacional que tardaría en llegar. Eran distintos grupos de alzados en puntos torales del país los que, ya sin sus principales líderes a la cabeza, se negaban a deponer las armas. “México, en los años 20, era un barco a la deriva”, diría el maestro, ya fallecido, don Arturo Azuela Arriaga. En las letras, la llamada novela de la Revolución, con su abuelo Mariano Azuela y con Martín Luis Guzmán, retrata magistralmente el periodo revolucionario y la caída de Porfirio Díaz, pero sobre todo el desencanto amargo posrevolucionario y la destrucción que trae consigo la contienda armada. 
Novelas como Los de Abajo y El Vuelo del Águila, de ambos autores, que oscilan entre la memoria y los testimonios, acercándose más a reflejar la fuerza de los caudillos que emanan de la Revolución y la situación que viven los pueblos a merced de ellos. Este género se inaugura en el Paso, Texas, con la publicación de Los de Abajo, de Azuela, por entregas semanales en el periódico mexicano El Paso del Norte. Y en ella describe su autor, nacido en Lagos de Moreno, Jalisco, las primeras matanzas de revolucionarios en el pueblo de Juchipila, Zacatecas, asesinados por el gobierno, rastro de sangre que regaría el polvo reseco de todo un país y que reflejó magistralmente en dicha obra. Azuela, refleja en ocasiones, hasta con brutalidad, su desencanto por revolucionarios, que muchos de ellos pronto abandonan sus ideales para dedicarse al robo y la rapiña, entre otras lacras.

En las novelas de la Revolución, con Juan Rulfo como el último gran exponente en los años 50 con Pedro Páramo y El llano en llamas, este nuevo género mexicano, trata el problema de la tierra, del indio, de la situación rural. 

Mexicanos como el pensador y filósofo, Leopoldo Zea; el inmenso escritor, Alfonso Reyes; hijo de uno de los protagonistas de la Revolución, el general  Bernardo Reyes, quien intenta tomar por asalto el Palacio Nacional con lo que se inicia el periodo conocido como La Decena Trágica, cae abatido, y más tarde nuestro Premio Nobel, el poeta y escritor, Octavio Paz, comienzan a preguntarse por la identidad perdida luego de la Revolución: Qué nos pasó. Qué somos. Qué significa ser americano y luego mexicano. Hacia dónde caminamos.

La maestra Martha Portal, estudiosa de la novela revolucionaria, expresa que los mexicanos que lograron sus metas a través de la Revolución, la ven como una acción continuada, presente, viva, mitologizada; mientras que los que no alcanzaron la satisfacción a través de ella, la ven como desengaño, demagogia, consideran actos de traición a todo lo que los hizo involucrarse con ella.
OPINIÓN PERSONAL
Los artistas en México comienzan a incluir en sus obras lo que ocurre en el país, con toques políticos y evidenciando las condiciones del pueblo mexicano. Los murales son las obras más representativas de este período, los cuales aun pueden apreciarse en el palacio de Bellas Artes y en la UNAM.
Fue un despertar para el pueblo mexicano, el cual se encontraba en una revolución que los sacudió tanto, el arte sólo lo expuso.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1.FDRC .(2011). David Alfaro Siqueiros: la política convertida en arte. Recuperado el 20 de Febrero de 2016: http://www.artepinturaygenios.com/2011/01/david-alfaro-siqueiros-la-politica.html
2.Gutiérrez Quintanilla L. (2016). La cultura en la revolución mexicana. Diario de Morelos. Recuperado el 20 de Febrero de 2016: https://www.diariodemorelos.com/article/la-cultura-en-la-revolucion-mexicana


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